Al contrario de lo que se piensa, el aspecto del ombligo tiene poco que ver con la manera en la que se ha cortado el cordón umbilical del recién nacido.
Después del parto, los médicos lo separan de la placenta y lo pinza. A partir de entonces se va secando y se cae en una o dos semanas. Entre tanto, los músculos abdominales que están debajo se unen y la piel de la pancita se cierra y se repliega hacia dentro formando el ombligo. El hecho de que este sea más o menos profundo o redondo es cuestión de la naturaleza.
En algunos casos, un pequeño pliegue en la base del cordón puede impedir que la piel del abdomen se retraiga por completo sin causa aparente y el ombligo se queda hacia fuera.
El ombligo que sobresale (llamado ombligo de botón) es bastante común. Aunque este tipo de ombligo es más propenso a formar una hernia umbilical en los primeros meses de vida, no hay que preocuparse ya que estas hernias son benignas, suelen corregirse por sí solas sin necesidad de cirugía.
Fuente: padresehijos
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