La mejor edad para pasar al bebé a su propio cuarto es de los 4 a 5 meses, ya que son muy pequeños y no suelen tener miedo.
Se darán cuenta de la separación, pero a los pocos días se acostumbrarán. Cuánto mas tiempo pase, más difícil será retirarlo de la habitación de sus padres.
1. Debemos explicarle y hablarle con tranquilidad. El tono tranquilizador y de la voz influirá mucho.
2. Al comienzo, puede ser conveniente hacerlo dormir en brazos (solo si está acostumbrado) y luego colocarlo en la cuna o cama.
3. Puedes inventar una rutina antes de acostarlo, para que vaya comprendiendo que es hora de dormir: bañarlo, hacerle masaje, darle de comer, etc. A los días se dará cuenta que estas actividades lo invitan a descansar.
Si se despierta y llora, puedes ir a su cuarto y hablar con él, tranquilizarlo, pero no llevarlo nuevamente al cuarto de sus padres. Así sabrá que estás cerca para cuando te necesite y se sentirá mas seguro. Si vuelve a llorar, hay que tardar un rato más en ir a su encuentro. En esta tarea no solo interviene la mamá, el papá también debe ser un colaborador constante.
Lo mejor es no dejarle alguna luz encendida, debe comprender que la oscuridad no es motivo de temor, sino que es la hora de descansar.
Se deben respetar los mismos horarios que cuando dormía en el cuarto de sus padres, para no cambiar varios hábitos de una sola vez.
Si por alguna razón paso mucho tiempo y el niño ya es mas grandecito, una forma de estimular la mudanza es que colabore con el armado y decoración de su nueva habitación.
No debemos pensar que el cambio será de un día para el otro y sin tropiezos, la adaptación será gradual, e inclusive, es común que pida volver al cuarto de sus padres luego de un tiempo de dormir solo y tranquilo. Esto no responde a un retroceso, es algo que suele ocurrir, una respuesta común a esta nueva experiencia.
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