viernes, 30 de diciembre de 2016

Los 15 principios de María Montessori para educar niños felices. ¡Comencemos a aplicarlos!

María Montessori, fundadora de la corriente pedagógica que lleva su nombre y que introdujo en Italia a finales del siglo XIX y principios del XX, creía ante todo en la libertad del niño para desarrollar sus capacidades. Según esta idea, la escuela no debería ser un espacio donde un maestro transmita conocimientos en una sola dirección, sino un guía, que es como se les llama en un centro educativo que siga este método.


Ella planeó aulas con alumnos de diferentes edades. Los niños eran libres de elegir el material con el que deseaban trabajar (diseñado especialmente), marcaban la velocidad de aprendizaje según sus particularidades y podían moverse dentro del salón en un contexto menos rígido.

La escuela Montessori tuvo un impacto mundial. Renovó muchos planteamientos de la enseñanza, pero chocó con otros más conservadores. Aún hoy, este método se aplica sólo en algunas escuelas privadas. Ni esta, llamada “pedagogía de la libertad”, ni la “pedagogía de la esperanza” que trabajara Paulo Freire en Brasil, constituyen parte de los pilares de la educación en América Latina.

Ahora bien, si el sistema de enseñanza de María Montessori está centrado en los estudiantes, ¿dónde queda el papel de los padres? En su momento, la educadora italiana enunció 15 principios que dejan claro lo importante del apoyo, la orientación y la participación de los padres en la educación de sus hijos. Estos son los ‘mandamientos’ de María Montessori para los padres y las madres:

1. Recuerda siempre que los niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo
2. Si criticas mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar
3. En cambio, si lo elogias con regularidad, él aprenderá a valorar
4. ¿Qué ocurre si le muestras hostilidad al niño? Él aprenderá a pelear
5. Si se ridiculiza al niño de modo habitual, será una persona tímida
6. Ayuda a que tu hijo crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar en los demás
7. Si desprecias a tu hijo con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo de culpa
8. Propicia que tu hijo vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que se sientan bien ellos mismos
9. Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo
10. No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está
11. Concéntrate en que tu hijo esté creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo bueno del niño, de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo
12. Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario
13. Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante
14. Debes estar dispuesta/o a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también dispuesto a permitir que encuentre las cosas por sí solo
15. Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele lo mejor que hay en ti misma/o 


Fuente: Okchicas

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Los mejores alimentos para una mamá que acaba de dar a luz

Luego de tener a tu bebé puede que te sientas algo débil y por supuesto agotada, no solo por el trabajo de parto o por haber atravesado la práctica de una cesárea, sino también porque el cuerpo ha pasado por muchos cambios a lo largo de nueve meses, pero éstos no se han acabado. Hasta que no pasen al menos otros seis meses, tu cuerpo continuará con ajustes y poco a poco volverá a su forma y estado natural.
Es importante que te alimentes de la mejor forma posible para ayudar a que tu organismo se recupere antes y no tenga carencias de vitaminas o minerales esenciales. Si bien puede parecer obvio, muchas veces las nuevas mamás ven tan alterados sus tiempos y rutinas que descuidan este aspecto.
1 Jengibre
2 Avena
3 Verduras verdes
4Semillas de sésamo
5 Almendras

Fuente: VIX

domingo, 25 de diciembre de 2016

Papás no debemos obligar a nuestros hijos a saludar con besos y abrazos


Los recuerdos de la infancia a veces son borrosos, e incluso hay gente que no recuerda nada de cuando era pequeño, pero si hay algo que todos tenemos muy claro: nuestros padres en el rol de jefes.
Una de las cosas más odiosas que podemos guardar en nuestra memoria era aquella obligación de dar un beso o un abrazo a alguien a modo de saludo. ¿Recuerdas? ¡algunas veces muy desagradable! ¿Y si no teníamos ganas, qué? Menos mal que con los años esto se acaba...
Sobre esto habló hace un tiempo Kattie Hetter, una colaboradora de la CNN, en un artículo publicado en su web. El escrito reflexionaba sobre esta costumbre que siempre hemos asumido como natural, pero que en el fondo entraña algo un poco oscuro para los niños. ¿Por qué hay que obligarles a que hagan algo con su cuerpo si no quieren?
El artículo se compartió tanto que el portal Mighty Girl lo convirtió en este maravilloso meme y gracias a su viralización, el mensaje ha llegado a todos los rincones del mundo
No saludar abrazando o besando a alguien cuando somos pequeños no tendría que ser sinónimo de mala educación. Muchos niños se niegan porque esa persona no les cae bien, porque puede que huela mal o simplemente porque no la conocen y no se sienten cómodos teniendo contacto. Pero no se han preguntado ¿Por qué hay que obligarlos a que lo hagan?
“NO VOY A IGNORAR LOS INSTINTOS DE MI HIJA CUANDO NO QUIERA TOCAR A ALGUIEN. SU CUERPO ES DE ELLA, NO MÍO”
El texto escrito por esta mujer dice verdades tan grandes como esta: “No tiene que abrazar o besar a nadie sólo porque alguien lo dice, ni siquiera yo. No voy a ignorar los instintos de mi hijo cuando no quiera tocar a alguien. El cuerpo es de ella, no mío”... ¡Qué cierto! Y es que el texto habla sobre dar la opción al niño, que sea él quien elija si quiere dar la mano, un beso, un abrazo o simplemente decir “hola”.
Este artículo ha hecho que muchos reflexionen sobre esta costumbre que todos hemos sufrido de pequeños, y gracias al meme que se ha compartido en las redes puede que los niños del futuro no tengan que pasar por el al trago de tener que hacer con su cuerpo algo que NO quieren.
Gracias a esto ahora entendemos que no debemos cumplir un mandato social, hay que tener prioridad en nuestros hijos, que se sientan a gusto para darles confianza y así enseñarles a tomar decisiones y respetarlas.
Fuente: Muy Fan

domingo, 18 de diciembre de 2016

¿Qué experimenta tu bebé cuando tú lloras durante el embarazo?

Tal vez todas las mujeres que han tenido la dicha de ser madre, se habrán preguntado en algún momento, qué siente su bebé cuando ella tiene cierta emoción y aunque por años se investigó dicho impacto, hoy finalmente tenemos los resultados que diversos estudios arrojaron...



Se llegó a la conclusión de que las emociones de la madre no sólo influyen en el desarrollo del bebé durante la gestación, sino que dejará secuelas para el resto de sus vidas, si, aun cuando muchos piensan que este no siente dentro del vientre.

En  la Universidad de California-Irvine, se llevó a cabo uno de los estudios mencionados, los bebés reciben químicos que se generan y cambian con los estados emocionales de la madre. Inclusive se pudo concluir que tanto factores externos (drogas, alcohol o sustancias tóxicas) como las emociones de la madre, son factores que moldean al bebé y este ¨efecto¨ puede durar toda la vida.


Si durante o después del embarazo la madre entra en depresión, los estudios arrojaron que el bebé hará suya esa tristeza y angustia, pero lo más importante que pudo determinarse gracias a este estudio, es que el tener en calma las emociones y permanecer en un estado de felicidad, harán que el bebé próximo a nacer tenga un mejor desarrollo que aquel que presiente los lapsos cortos de felicidad de su madre y luego cambia inesperadamente a uno de tristeza o estrés. Es decir, es indispensable tener un balance emocional.



Para el estudio, Sandman, Davis y Glynn analizaron a varias madres que sufrieron depresión antes y después del embarazo, al nacer, se hizo lo mismo con sus bebés.
 “Los fetos humanos son participantes activos en su propio desarrollo y están recolectando información para sus propias vidas luego de nacer. Se están preparando para el resto de ellas basándose en mensajes o señales que la madre les provee y si, efectivamente lo que más nos sorprendió en este estudio fue el comprobar que los bebés podían sentir precisamente eso, el estado psicológico de su madre”, dijo Sadman.
Como ya mencionamos, un estado emocional en balance, ayuda al desarrollo de los bebés, mientras que una madre que entra en un cuadro de depresión o su estado de ánimo cambia constantemente, su bebé presentará problemas para desarrollarse o lo hará de una manera mucho más lenta.
What To Expect, nos dice las cosas que los bebés son capaces de percibir, ¿cuáles son? Continúa leyendo.
Según un grupo de psicólogos prenatales, además de percibir los sentimientos de la madre, también perciben sus pensamientos, mismas que también influirán en la manera en que este se moldeará. Según los expertos, a partir de los seis meses de gestación, las madres comienzan a crear un lazo con su bebé, esto se debe a que las hormonas que la madre produce mientras va experimentando emociones (sin importar que sean diversas) pasan a través de la placenta. 
Así mismo, aquellas que no deseaban su embarazo, dichos bebés han de resentir dicho rechazo, generándole problemas emocionales futuros y de igual forma, madres ansiosas darán a luz a bebés ansiosos. ¿Sorprendente y preocupante, no crees?

¿Qué es lo más recomendable?

Con los resultados que estos estudios arrojaron, ponen en conflicto a las mujeres embarazadas, al revelar que todo aquello que sienten o piensan durante la gestación, lo ha de sentir y resentir el bebé. Debido a ello, es muy importante que las mujeres logren un estado emocional en equilibrio, que disfruten su embarazo, que las preocupaciones las dejen de lado y que desde que reciben la noticia de que serán mamás, amen a su bebé. Evitemos la tensión y practiquemos la relajación, tu bebé te lo agradecerá. 
Fuente: porquenosemeocurrio.com

jueves, 15 de diciembre de 2016

Dile bye a las estrías del embarazo

Después del parto, el cuerpo de la mujer comienza a volver a su estado ‘natural’, órganos, peso, piel, pelo, van retomando sus características tras nueve meses de un proceso hormonal distinto.
Por ello, ayudar a recuperar y renovar la piel es una de las tareas en las que más empeño ponen las mujeres, sobre todo si han tenido que vivir las molestias de manchas o estrías.
Para empezar, es bueno pensar en una exfoliación suave con productos indicados por el dermatólogo o naturales, pues además de devolverle la tersura, también preparan la piel para los siguientes tratamientos, como las cremas que mejoran su apariencia y desvanecen las estrías.
Precisamente, indica la doctora Gelma Correa, dermatóloga, las estrías que se forman por la distención de la piel durante el embarazo pueden disminuir en su apariencia en esta etapa de pos parto, si se tienen los cuidados necesarios.
Al respecto, explica que se deben elegir productos que contengan sustancias que estimulen la producción de colágeno.
Esas molestas estrías 
Para empezar, explica el doctor Orlando Dueñas, médico dermatólogo, las estrías en el embarazo se debe a cambios hormonales. Durante la gestación, la piel no tiene la fortaleza para el repentino estiramiento, por lo que la hace más susceptible”, indica. 
Pocas mujeres están exentas de estas molestas cicatrices, pues tienen que ver con la genética, el metabolismo, las hormonas e, incluso, con el funcionamiento del sistema endocrino, que inciden en su aparición. 
Por eso, todo lo  que se haga para prevenirlas y tratarlas es un aliciente para las mujeres. Por una parte, hay que tener una dieta saludable, ingerir mucha agua y aplicar cremas dermatológicas especializadas, indicadas por su ginecólogo. 
¿Y después del parto? 
Ahora, luego del parto, cuando ya la mujer puede utilizar cierto tipo de tratamientos y cremas (siempre bajo la indicación del médico), las estrías serán uno de los dolores de cabeza de las mamás. 
Por ello, recomiendan los especialistas, la clave está en la constancia que se tenga con las cremas que se apliquen para disminuir su apariencia: por lo menos dos veces al día en la zona de abdomen y alrededor de la espalda. 
También, después del parto, la piel suele estar un poco más seca, por ello los nutricionistas recomiendan tomar mucha agua, además de las cremas humectantes o aceites naturales, así como el consumo de frutas y verduras, especialmente alimentos antioxidantes, ricos en vitaminas y minerales que contribuyan a la producción de colágeno.  
La limpieza del rostro es fundamental, pues muchas mujeres experimentan la aparición de acné durante el embarazo, siempre eliminando el maquillaje todas las noches. 
Luego del parto hay que seguir utilizando el protector solar, sobre todo si en el embarazo aparecieron esas molestas manchas, que si bien van desapareciendo con el paso de los días, no hay que dejarlas prosperar cuando se expone al sol nuevamente.

Fuente: ABC del bebé

martes, 13 de diciembre de 2016

Ser mamá después de los 35 es mejor de lo que muchos creen

Durante muchos años, hemos escuchado que las mujeres tenemos un “Reloj biológico” que nos dicta cuándo debemos tener hijos y cuándo no.
Hace algún tiempo atrás se hablaba de “embarazo de riesgo” cuando una mujer mayor a 30 años quedaba en estado. Un poco absurdo, ¿verdad? A esa edad muchas de nosotras recién nos estamos asentando en la vida.
A raíz de estas creencias se realizó un estudio para determinar el impacto que podía tener un embarazo en la salud de una mujer mayor de 35 años.

La investigación

El estudio se realizó en 830 mujeres postmenopáusicas, en ellas testearon memoria verbal, habilidades ejecutivas funcionales y cognición en general.Tomaron en cuenta la edad de la primera menstruación, la cantidad de embarazos, la edad y demás factores relacionados entre el embarazo y las enfermedades mentales.

Los resultados

Las participantes que quedaron embarazadas después de los 35 tienen mayor memoria verbal, y quienes tuvieron su período antes de los 13 tienen un poder de cognición global más fuerte. Por otra parte, las mujeres que tuvieron familia entre los 15 y los 24, tienen peor salud y peor funcionamiento cognitivo en sus 40 años.
El alto nivel de hormonas producido durante el embarazo favorece las funciones cerebrales, esto significa que, a diferencia de lo que se creía, embarazarse luego de los 35 tiene un efecto positivo en las mujeres.
De todas maneras, no hay una edad perfecta para ser mamá. Cada mujer tiene que ser capaz de elegir cuándo y cómo quiere ser madre.
Fuente: www.vix.com

jueves, 8 de diciembre de 2016

Bajas tasas de lactancia por querer poner rutinas de sueño y horarios con la alimentación. Para que exista suficiente producción de leche debe de ser una alimentación a libre demanda, y normalmente el bebé demanda de día y de noche. Las rutinas de sueño y horarios afectan la producción de leche.

La presión social sobre las nuevas madres para que sus bebés entren en una rutina de alimentación y para dormir toda la noche es un factor clave en por qué el Reino Unido tiene la tasa más baja de lactancia materna en el mundo, advirtió un experto.

Hablando en el British Science Festival, Amy Brown de la Universidad de Swansea dijo que no se estaba haciendo lo suficiente para apoyar a las nuevas madres a amamantar. En particular, dijo, el asesoramiento dado a las madres para imponer un régimen de alimentación por el cual los bebés no se alimentan con frecuencia, contribuyó a por qué muchas mujeres sentían que no estaban produciendo suficiente leche y abandonaron la lactancia materna.

"Una de las cosas clave acerca de la lactancia materna es que usted tiene que alimentar al bebé con mucha regularidad", dijo Brown, un médico de cabecera y miembro del departamento de salud pública, políticas y ciencias sociales de la Universidad de Swansea, al Guardian. Eso es fácil cada dos horas.

Pero, dice ella, eso no suena con un consejo común.

"Se nos dice por los expertos llamados que usted debe tener a su bebé en una rutina de alimentación y su bebé no debe despertar por las noches", dijo Brown. "Pero eso es realmente incompatible para la lactancia materna. Si tratas de alimentarlos menos, obtendrás menos leche. Necesitas comer de noche para hacer suficiente leche.

Elizabeth Duff, consejera de política en el National Childbirth Trust, estuvo de acuerdo en que la alimentación frecuente es necesaria. "Es obviamente más fácil para todos si empiezan a dormir más durante la noche, pero si están amamantando completamente tendrán que alimentarse por lo menos una vez y probablemente dos o tres veces durante la noche", dijo. "Los patrones diarios vendrán, pero no será en los primeros días o las primeras semanas."

Duff está de acuerdo en que las madres no reciben suficiente apoyo para amamantar. "Comprender un poco sobre la fisiología de la lactancia materna puede ser realmente útil", añadió. "Algunas mujeres que no han sido capaces de encontrar esa información piensan que el bebé no está recibiendo mucho [leche, pero] un par de cucharaditas de valor es probablemente suficiente en cualquier momento".

Según un reciente informe publicado en The Lancet, el Reino Unido tiene la tasa más baja de lactancia materna en el mundo, con sólo 1 de cada 200 mujeres que amamantan a sus hijos después de cumplir su primer cumpleaños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda sólo la leche materna durante seis meses, con la lactancia materna para formar parte de la dieta de un bebé hasta los dos años de edad.

"Hemos sabido que las tasas de lactancia materna no son grandes en el Reino Unido durante mucho tiempo", dijo Brown. "Tenemos alrededor del 80% de las mujeres que comienzan a amamantar al nacer, pero al final de la primera semana, más de la mitad de esos bebés han tenido fórmula de alguna manera".

Hablando antes de la publicación de su libro, Breastfeeding Uncovered, Brown dijo que mientras una gran proporción de madres luchan por amamantar, pocos de ellos tienen condiciones subyacentes que impiden el proceso.

Anuncio

Brown encontró que alrededor del 80% mencionaba el dolor y la dificultad como contribuyente, mientras que el 40% hacía referencia a actitudes públicas, el 60% falta de apoyo de otros y el 20% culpaba a la vergüenza.

"La gran mayoría de las mujeres que están teniendo problemas, no tiene que ver realmente con una incapacidad primaria para amamantar, es hacer con su experiencia", dijo Brown. "El 80% de las mujeres que dejan de amamantar en las primeras seis semanas no quieren. Quieren seguir amamantando, pero sienten que no pueden hacerlo.

Entre las cuestiones a las que se enfrentan las nuevas madres, Brown criticó la publicidad agresiva por parte de las compañías de fórmulas, y las percepciones públicas negativas de la lactancia materna que han visto a las mujeres pedirles que encubiertas al alimentar a su bebé. "Los bebés tienen que amamantar en público - se llama comer", dijo Brown.

Duff está de acuerdo en que la lactancia materna debe ser bienvenida. "En todas partes debe ser amigable con los padres y amiga del bebé", dijo.

Las presiones sobre las mujeres para que regresen a sus vidas pre-bebé también es parte del problema, dijo Brown, mientras que los recortes que afectan a la financiación de los grupos de apoyo de la lactancia materna, así como recortes a los servicios de partera y el NHS más ampliamente, .

martes, 6 de diciembre de 2016

Crianza positiva: equilibrio entre amor y disciplina

Nadie ha dicho que criar un niño sea fácil. Los pequeños ponen a prueba constantemente nuestro carácter, nuestro nivel de paciencia y nuestra sabiduría para responder en forma correcta a todos los desafíos que, a diario, nos plantean como padres y cuidadores.
Sus comportamientos, en especial los indeseables en ese proceso normal de desarrollo y maduración de su personalidad, así como de sus habilidades emocionales y psicosociales, pueden llevarlo a experimentar sentimientos que definirán sus decisiones frente a la crianza.
Puede responder con enfados, gritos y castigos, y hacer que su hijo aprenda a comportarse bajo el autoritarismo, la represión, el temor o la intimidación; o puede elegir el camino de la comprensión, la empatía, el diálogo y la comunicación asertiva, para resolver los conflictos en equipo y enseñarle así a su pequeño valores y competencias para convivir en sociedad y ser feliz.
Educa con cariño
De eso se trata la crianza positiva, un concepto que ha venido tomando mucha fuerza porque utiliza el cariño como base de la educación, fomenta relaciones entre padres e hijos basadas en el respeto, permite que los pequeños aprendan a relacionarse con los demás de manera no violenta y constructiva, los anima a ser autodisciplinados, y les enseña a respetar normas y límites por convicción y no como consecuencia de un castigo psicológico o físico.
La realidad, sin embargo, es que muchos padres no adoptan este modelo porque pretenden replicar con sus hijos la manera como ellos fueron criados. Ahí es cuando escuchamos frases como “a mí me dieron correa y no me traumaticé”.
De acuerdo con María Inés Cuadros, especialista en desarrollo y protección de la niñez, de Aldeas Infantiles SOS Colombia, el modelo principal que utilizamos en la crianza es el que aprendimos en casa. “Más allá del cariño y la paciencia, ese modelo usó el miedo, el grito y el golpe como forma de corregir. Nos inculcó que la violencia estaba bien si se trataba de educar”, señala. 
En cambio, en palabras de la especialista, “la crianza positiva entiende que dar palmadas, correazos, pellizcos o cualquier otro uso de la fuerza física contra los niños, además de ser una violación del derecho a la dignidad humana y a la integridad física, es una práctica totalmente errónea”, añade.
De hecho, varias investigaciones demuestran que los niños criados en contextos tiranos y opresores son más propensos a la ira, la inseguridad y la rebeldía, y que una crianza demasiado exigente deteriora la relación entre padres e hijos, y cultiva resentimientos y culpas.
Por eso, para la experta, los padres deben entender y reconocer que abandonar o evitar ese estilo de crianza no significa renunciar a establecer límites, imponer disciplina, corregir las malas conductas de los pequeños, ser permisivos y perder respeto, sino todo lo contrario: cuando se toman el tiempo para escuchar y comprender a sus hijos, analizar las motivaciones que los llevan a comportarse de determinada manera, o hallar soluciones y establecer acuerdos en conjunto, los pequeños se sienten valorados y amados, y se reconocen como seres importantes, autónomos y seguros. 
Igualmente, las experiencias afectivas positivas durante los primeros años de vida preparan al niño para enfrentar situaciones difíciles y crear lazos afectivos duraderos y estables. Por ello, la crianza positiva es la línea media entre el autoritarismo y la permisividad. Es el punto de equilibrio que se debe alcanzar para que la relación entre padres e hijos sea armónica.
No al temor
En este sentido, Carolina Jurado Bernal, psicóloga docente del Politécnico Grancolombiano, aclara que, para que un niño sea feliz en su crianza, “él debe respetar a sus padres antes de temerles”. Solo así podemos garantizar que su conducta será la misma en la presencia de sus padres y en su ausencia. “Un niño educado con amor, respeto, tolerancia, paciencia y argumentos claros y firmes es un niño sin máscaras, que se siente cómodo para decir las cosas que piensa frente a sus padres, con la convicción de que será escuchado porque sabe que siempre habrá espacio para la mediación y el diálogo”, explica Jurado.
Por eso, en la crianza positiva es fundamental establecer normas y límites, siempre bajo la premisa de valores como el respeto, la coherencia y la consistencia. De ahí que el ejemplo de los padres sea vital porque será, en definitiva, el referente que los niños imitarán.
De este modo, para los expertos, la lógica de la crianza no está en la ausencia de conflictos –pues las relaciones entre padres e hijos siempre presentarán desacuerdos y tropiezos–, sino que es “la capacidad de afrontar y resolver estas situaciones la que dará cuenta del adecuado proceso de formación de los hijos y les ofrecerá herramientas para resolver las situaciones a las que se enfrentan”, afirma Jurado.
Por otra parte, establecer normas permite que los niños se sientan seguros emocionalmente, pues saben “qué esperar”, y les ayuda a afianzar su autocontrol. Si un niño entiende qué debe hacer y por qué, le será más fácil seguir las reglas y convivir con otros.
Consejos para criar niños felices
La psicóloga, psicoterapeuta y experta en disciplina positiva Gina Graham te da algunos consejos para criar niños felices:
• Recuerda que ser firme no implica dejar de ser cariñoso. El tono de voz indicará cariño, mientras que la expresión indicará firmeza.
• Practica el autocontrol. La primera persona a la que tenemos que controlar es a nosotros mismos como padres, para no dejarnos llevar por la ira. Detente, respira y reflexiona antes de dirigirte a tus pequeños.
• Crea rutinas junto con tu hijo y luego recuérdale que eso es lo que habían acordado.
• Dale opciones limitadas, esto le dará, además, la sensación de que no tiene que obedecer todo a rajatabla y que tiene la opción de elegir.
• Involucra a tu hijo en la solución de problemas. Esto lo motivará a asumir sus responsabilidades y se sentirá parte importante de la familia.
• Sugiere alternativas aceptables, por ejemplo un “no te puedo dar el helado antes del almuerzo, pero te lo puedo dar después”. De esta forma, somos más comprensibles con sus deseos y menos arbitrarios.
• Ponte de acuerdo con tu pareja. Ambos padres tienen que manejar el mismo estilo de crianza para no crear confusión en su hijo.
• Evita sobreprotegerlo, ya que esta es una manera de decirle “eres un incompetente”. La lástima promueve la debilidad, mientras que la comprensión promueve la fortaleza.
• No te olvides de darle tu mensaje de amor siempre y de asegurarte de que el mismo le llegue a tu hijo. Que tu niño sepa que tu amor hacia él es incondicional.
• Antes de “corregir” una mala conducta, busca conectarte emocionalmente con tu hijo. Eso ayudará a mantener los vínculos afectivos en la familia y a que podamos ejercer una gran influencia sobre ellos.
Fuente: abcdelbebe
Por: Andres Felipe Cardona

jueves, 1 de diciembre de 2016

Claves para manejar los celos entre hermanos

La clave es dejarle claro a su hijo, con palabras y hechos, que no ha perdido el amor de sus padres ni su lugar en la familia con la presencia del nuevo bebé.
¿Cómo te sentirías si de pronto llegara un desconocido a tu casa y te sacara de tu cuarto, acaparara a punta de llanto la atención de los seres que más amas, alguien que recibiera un montón de visitas y regalos (y tú no) alguien que durmiera todo el día mientras a ti te pidieran no hacer ruido para no molestarlo?
Pues esta puede ser precisamente la sensación de un niño cuando llega un nuevo bebé a su casa.
Según la psicóloga Ximena Silva, al nacer un hermano “el niño siente que le quitaron su papel único y no sabe qué significado y qué lugar tiene ahora en la familia”.
Por eso, muchos niños sienten celos de sus hermanitos y presentan retrocesos; es decir, si ya dejaron el pañal, vuelven a mojarse en su ropa o en la cama, pueden hacer pataletas, querer tomar tetero o llorar más que antes, no quieren comer ni dormir. A veces esconden los objetos del bebé, el champú, el tetero, la ropa, etc. Con estas actitudes el niño quiere recordarles a los padres que él existe. También es su forma de expresar unas emociones nuevas, que tal vez no reconoce ni sabe cómo manejar.
Para evitar este tipo de comportamientos, lo mejor, según Silva, es vincularlo en todo el proceso; es decir, explicarle con tiempo que va a tener un hermanito, hablarle del embarazo, invitarlo a opinar sobre el cuarto del nuevo miembro de la familia, sobre el nombre, contarle qué va a suceder cuando llegue el momento de ir a la clínica para el nacimiento.
Una vez nace el bebé, lo más importante, según Christian Muñoz, psiquiatra experto en niños y adolescentes, es “restablecer la confianza básica”. Es decir, mostrarle claramente que él no ha perdido su lugar en la familia, que vale la pena, que hay un cambio en su vida, pero no por eso perderá ni el afecto ni la protección de sus padres.
Es mostrarle al niño que la edad que él tiene también vale, “es establecer un vínculo que afiance la confianza que se dañó cuando llegó el hermanito”, dice Muñoz.
Ximena Silva brinda ejemplos concretos: invitar al niño a organizar el baño del bebé, que la mamá juegue un rato con el niño mientras el bebé duerme, hablarle y explicarle lo que sucede.
El equipo del papá y la mamá es fundamental. Mientras ella esté lactando al recién nacido, el papá puede jugar con el otro niño, o este puede acompañar a la mamá con un juguete. Si el niño quiere tomar tetero, por ejemplo, la mamá le puede decir que lo haga como juego, porque, claro, él ya es un niño grande.
La madre también puede sacar un tiempo para estar con el niño mientras el bebé duerme, darle besos, abrazos, mimos, acompañarlo a dormir. Puede pedirle a alguien que cuide al bebé por un rato, mientras ella comparte un espacio con su hijo mayor.
Es definitivo conservar, en la medida de lo posible, las rutinas del niño mayor, sus horarios de comida, de sueño, del baño.
Es muy importante no regañarlo por actuaciones negativas, pero sí es necesario hablarle, decirle que los padres entienden sus sentimientos y se los respetan, pero él debe aprender a manejarlos. Frases como “mi amor por ti nadie te lo va a quitar”, “el amor alcanza para los dos”, “tú sigues siendo mi hijo y lo serás por siempre”, son expresiones que le devolverán al niño la seguridad de su lugar en la familia. También es importante hacerle notar que un hermanito le traerá muchas ventajas. Cuando crezca más podrán jugar juntos, conversar, ir al parque, etc. “Ahora tú también le puedes enseñar cosas y  me puedes ayudar”.
Cuando lleguen las visitas, los padres pueden hablar también del hijo mayor, no solo del bebé. Contarles qué ha hecho, cómo se ha portado de bien con el hermano, cómo ha ayudado, etc. Que él también sea protagonista de los nuevos cambios en la familia.
Si se trastoca la dinámica familiar, el niño se vuelve inmanejable y la mamá sentirá que ya no puede más. Es bueno pedir ayuda, a un psicólogo, a un pediatra, a un educador.
Expresar los celos
Una buena idea para ayudar al niño a expresar sus sentimientos, y poder así entenderlos y explicárselos a otros, es invitarlo a dibujar lo que esté sintiendo y a que luego explique qué pintó. Esto lo ayuda a entenderse, y también favorece la comunicación con los padres.
Fuente: ABC del bebé