Tu bebé poco a poco entra en una etapa mágica. Quiere empezar a aprender y la mejor forma de estimularlo es "despertar" sus sentidos a través del juego.
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1. Todo oídos. Habla mucho con tu bebé, cántale, ponle música, muéstrale cómo suena una campana, un cascabel, un xilófono… También puedes enseñarle un juguete sonoro. Deja que lo tenga un rato y luego escóndelo bajo un trapito. Pregúntale sorprendida: “¿Dónde está?” y ayúdale a descubrirlo levantando la tela y haciéndolo sonar otra vez.
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2. Mira que te mira. Durante los primeros meses, la vista del bebé todavía es inmadura. Su precisión mejorará si le muestras objetos con un alto contraste en blanco y negro. Más adelante, rodéalo de colores vivos tanto en su habitación, como en su ropa y juguetes. Por supuesto, le encantará reconocerte. Así que colócate cerca de su cara y deja que observe la tuya mientras le sonríes o haces muecas ¡Es posible que trate de imitarte! Con todo esto, el pequeño aprende a fijar la vista, a calcular distancias y profundidades, a seguir el movimiento de las cosas y las personas.
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3. Cuestión de tacto. Las caricias, los besos y las cosquillas no pueden faltar en una sesión de juegos estimulantes, igual que los masajes. Hazlos siempre en una habitación con temperatura agradable y después de haber frotado tus manos para calentarlas. Desliza una con poca presión desde la nuca del niño hacia abajo, hasta el coxis, y justo cuando llegues al final empieza a deslizar la otra en el mismo sentido. Tus manos en su espalda le transmiten seguridad, ya que las utilizas para sostenerlo.
@padresehijos 4. Con muco gusto. Morder, chupar, saborear… todo se lo lleva a la boca. Normal, la lengua está llena de terminaciones nerviosas que proporcionan al bebé información sobre el gusto y la textura de las cosas. Fomenta este afán investigador poniendo a su alcance objetos limpios y seguros entre los que no puede faltar una “deliciosa” mordedera. |
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5. Me da en la nariz… Al bebé le apasiona la intriga y la pasará genial observando cómo buscas cosas guiados por la nariz. “¿Dónde está el jabón?” “¿Dónde está el perfume?” “¿Dónde están las galletas?”… Pregunta con el bebé en brazos mientras recorres la casa olfateando el ambiente. Intercambia miradas interrogantes con él y cuando llegues al lugar que estás buscando, exclama: “¡Aquí está…!” y acércaselo para que lo huela. El juego le gustará aún más si la búsqueda termina con un: “¿Dónde está el bebé?”. Olisquea el aire, hunde la nariz en su barriguita y dile: “¡Aquí está el bebé!”
Fuente: www.padresehijos.com.mx/ser-mama
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