Cualquier niño en ocasiones desobedece a sus padres. Pero si para uno, el mal comportamiento es más bien una excepción; para otro, por desgracia, puede ser la regla. Esto ocurre a menudo debido a que los padres, sin darse cuenta, agravan la situación.
- Malas acciones sin consecuencias
Le dices a tu hijo que hoy ya no comerá más dulces. Él tiene una rabieta y le permites comer otra golosina para calmarlo. De este modo, le estás inculcando al niño la idea de que si tiene rabietas conseguirá todo lo que quiere. - El incumplimiento de las promesas de un castigo
Todos, al menos una vez, hemos visto a padres que lanzan amenazas en vano: «Si alguna vez vuelves a hacerlo, se acaba la televisión / Nunca te llevaré conmigo a ver el partido / No más helados, etc.». Y luego lo dejan correr y olvidan dicha promesa. Los niños no cumplen lo que se les dijo. ¿Para qué? Si no habrá ninguna consecuencia. - Excusas solo por justificarlo
«Está cansado», «Todavía es pequeño», «Tiene hambre»... Por supuesto, no podemos esperar que los niños vayan a ser perfectos todo el tiempo, es simplemente imposible. Pueden estar hambrientos, cansados, de mal humor. Sobre todo si se trata de la temprana edad, cuando a los niños les cuesta más expresar sus emociones. Incluso los estudiantes de secundaria, a veces, se ponen testarudos. Pero si justificas a tu hijo todo el tiempo, eso no es bueno. - Amenazas
La intimidación, según los psicólogos, no es la mejor manera de educar; incluso puede ser dañina. En un experimento, los investigadores encontraron que los niños a quienes les prometieron castigarlos severamente si mentían, eran más propensos a mentir. - Gritos
El hecho de que levantes la voz no significa que el niño te oiga y cumpla lo que le pides, mientras que el efecto será de corta duración. El mal uso de este método puede dar lugar a que la relación entre tú y tu hijo se estropee. - El castigo corporal
Según los estudios, si un niño es a menudo objeto de castigos corporales, puede llegar a ser más agresivo, cerrado y de baja autoestima. Es más probable que aprenda a evitar el dolor, a que entienda que tiene que cambiar su comportamiento. - Aprobación con una sonrisa y enternecimiento por un mal comportamiento
Sí, es posible que tu hijo te parezca adorable cuando se menea en una silla en una cafetería y canta su canción favorita, o cuando comienza a comer con las manos y luego se lame los dedos. Pero es poco probable que los demás lo aprecien. El niño continuará haciendo lo que quiere si nadie le recuerda cómo hay que comportarse.
Traducción y adaptación: Genial.guru
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