viernes, 24 de abril de 2015

Primeros cuidados del bebé al llegar a casa

La llegada del recién nacido al hogar suele generar en los padres, especialmente en los primerizos, cierto sentimiento de inseguridad ante la responsabilidad que supone el cuidado de un bebé. Aquí te damos algunas de las normas básicas a tener en cuenta durante los primeros días del bebé en su nueva casa: cómo dar el pecho, cómo bañarlo, el cuidado del ombligo...

En la primera etapa de la vida del niño, el pediatra juega un papel fundamental, no sólo en cuanto al reconocimiento del recién nacido, también en las indicaciones que éste debe hacer a los padres, además de estimularles para que lean y se informen sobre el desarrollo del bebé, su nutrición, las enfermedades propias de la infancia, las diferentes etapas del desarrollo neurológico y madurativo, la relación con otros niños o cómo afrontar las posibles dificultades que acontezcan en el crecimiento del bebé para así afrontar juntos, padres y pediatra, la supervisión del correcto desarrollo del niño.
Éstas son algunas normas básicas para los primeros días hasta que los padres puedan realizar la primera consulta al pediatra y empezar así las visitas periódicas establecidas en el control del niño sano. Estas normas son sólo orientativas y, por supuesto, no sustituyen las indicaciones del pediatra de cabecera, al que tenemos que consultar siempre que exista la más mínima duda.

Lactancia materna, la más recomendada
Al salir del hospital, la nueva mamá ya tiene cierto entrenamiento en la técnica de la lactancia materna gracias a los médicos, enfermeras y auxiliares de donde ha dado a luz. Además, ya nota que le sube la leche o por lo menos, el calostro (la primera leche). Aun así, la importancia de realizar una correcta alimentación del niño justifica que incidamos una vez más en repasar esta técnica.
En primer lugar hay que coger al bebé por la espalda, situándola paralela a la de la madre. Ésta tiene que estar sentada con la espalda recta y apoyada sobre el respaldo de una silla o de un sillón; sobre todo es fundamental que esté cómoda, sin tensiones musculares que puedan causar contracturas. Así, hay otras posiciones, como tumbada en la cama, que pueden servir siempre y cuando cumplan el requisito básico de comodidad para la mamá y el bebé.
Una vez cómodos e instalados, el niño tiene que ver con sus dos ojos el pecho de la madre y, al coger el pezón, estrujar la areola con la boca para estimular la producción de leche; en esta postura la nariz del niño se pega contra el pecho. Entonces, la madre debe separar el pecho con el dedo índice y medio de la mano contraria al pecho del que está comiendo, para que el niño, mientras deglute, respire por la nariz.
La duración correcta de toma es aproximadamente de 10 minutos en cada pecho, aunque si la toma está siendo claramente muy productiva, se puede ampliar su duración de 2 a 4 minutos. En caso de prolongar la toma, se recomienda que sea la del segundo pecho. 
Las primeras veces, estando todavía en la clínica, hasta que sube la leche es recomendable utilizar un saca-leches antes de poner al niño en el pecho, para así ayudar a que se ingurgiten los pechos y dejar salir primero el calostro. Pero, hasta que suba la leche, no hay que dejar al bebé en ayunas. Así debemos darle unos 20 cc de leche-fórmula-1, dos o tres veces al día, repartidos en por la mañana, al mediodía y por la noche, después del pecho así como consultar con el pediatra. En el momento en que la madre tenga leche y salvo otra recomendación del médico, hay que ponerle sólo el pecho, sin darle agua ni ninguna otra bebida.
Una vez terminada la toma, debemos colocar al niño en el hombro para que eche el aire, si en unos 20 minutos no ha eructado, interpretamos que el aire lo eliminará por abajo.
Frecuencia de las tomas: Siempre que el niño lo pida hay que darle el pecho; como poco cada 3 horas y como mucho cada hora u hora y media. Los primeros días, también por las noches e igualmente como poco cada 3 horas hasta que lo indique el pediatra.


Signos que indican la correcta alimentación del niño con la lactancia materna
Lo más objetivo es el peso. Durante los primeros 7 o 10 días el niño puede perder hasta un 10% del peso al nacimiento pero tras este periodo debe ganar, como mínimo, 150 gramos a la semana. Para comprobar si está dentro de estos cánones, los controles de peso se deben hacer siempre a la misma hora y con la misma ropa, en farmacias y una vez por semana. Si el incremento es inferior a 150 gramos hay que consultar con el pediatra. Igualmente, nos indica que la lactancia está alimentando correctamente al bebé si:
- La madre tiene y rebosa leche, mancha el camisón y se le notan los pechos llenos antes de cada toma. También es buen síntoma que cuando el niño empieza a succionar se vea la leche y mientras está mamando por un pecho, se escape leche por el otro. 

- El niño está tranquilo y saciado después de mamar; aguantando entre 2 horas y media y 3 horas hasta la siguiente toma. Aunque el tiempo depende de cada bebé. Si el niño llora mucho y pide comer cada 10 o 20 minutos quizás exista un problema de succión, posición, etc. Consultar con el pediatra. 

- Cuando el bebé está tomando el pecho, las deposiciones, que debe realizar aproximadamente después de cada toma, son líquidas de color amarillo y con grumos que flotan sobre el resto. Deben llenar un poco el pañal y tener un mínimo de consistencia. 

- En cuanto a la pipi, éste debe ser claro y pesar en los pañales.

La postura en la cuna
El niño debe de estar en la cuna de lado o boca arriba, nunca boca abajo pero, para evitar que al regurgitar se atragante, se le debe poner una almohada o una toquilla debajo del colchón en un plano inclinado de 20-25º. Postura que se debe mantener en todos los sitios donde el niño reposa: la cuna, el moisés, la maxi-cosi, etc. durante los primeros 6 meses.


Temperatura del bebé
La temperatura ideal para el ambiente del niño está entre los 20 y los 22 ºC, y con algo de humedad que podemos conseguir colocando un recipiente de agua en su habitación. Además, no hay que abrigar al bebé en exceso; un 20% más que los adultos es lo justo y suficiente.
Hay que recordar que las manos y los pies de los bebés siempre están fríos, por lo que al tomarles la temperatura debemos hacerlo en la cara del niño.

El baño y el cuidado del ombligo
Aunque todavía no se haya caído el ombligo, hay que bañar al bebé todos los días, con poca agua y sujetando con la mano izquierda su hombro izquierdo, apoyando la cabeza del niño sobre el antebrazo izquierdo de la madre. Con la mano derecha le enjabonamos todo el cuerpo –no hay mejor antiséptico que el agua y el jabón- con especial cuidado al pasar por la zona del ombligo

La temperatura ideal del agua es de 36-37 ºC. 

Después del baño, ponemos al niño en el cambiador para secarle y aplicarle crema hidratante por todo el cuerpo. En el ombligo hay que darle unos toquecitos con clorhexidina y ponerle una gasa seca. Si vemos que la gasa se ensucia, hay que cambiarla por una limpia.
Es importante recordar que el ombligo sólo debe mojarse una vez al día, con agua y jabón durante el baño y que, asimismo, el alcohol, sólo se aplicará tras el baño. El resto del día, el ombligo debe permanecer seco. Una vez caído, se le darán toques de alcohol de 70º con algodón en el muñón después del baño, hasta que se meta para dentro.

Las uñas
Es importante en todas las etapas de la infancia que el niño tenga las uñas cortas y limpias, éstas son vehículo de auto-inoculación y transmisión de gérmenes.
Al llegar a casa del hospital hay que cortar las uñas del bebé con una tijera roma y después del baño, en el cambiador, enjabonarle con una esponja las puntas de los dedos y aclarárselas. Es fundamental, para evitar que se arañe o incluso que se lesione los ojos, que siempre tenga las uñas bien cortitas.

¿Qué es normal en el bebé?

- Que tenga hipo; lo único que podemos hacer es dejarle en la cuna boca arriba, con la cuna incorporada, y esperar a que termine.
- Que tosa un poquito.
- Que le suene un poco la nariz, que tenga rinitis o algunos mocos. 
- Que regurgite un poco después de comer, que eche un poco de leche recién tomada, o bien a la hora y media de haber comido.

¿Qué no es normal en el bebé?
Consultar lo antes posible si...
- No sonríe de vez en cuando, mientras o después de comer. 
- No come o come peor en varias tomas: 2 o 3 tomas.
- No coge con fuerza el biberón, el chupete o el pezón de la madre; lo normal durante los primeros días es que moleste el pezón cuando lo agarre.
- No sujeta un poco la cabeza o no hace fuerza con ella como si la quisiera levantar al estar boca abajo o al tenerla en el hombro para echar el aire. 
- No se asusta con los ruidos.
- El niño huele mal, con un olor fuerte a pies o a orina. Esto puede ser síntoma de una enfermedad metabólica de mala asimilación de los alimentos.
Fuente: www.todopapas.com 

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