martes, 14 de febrero de 2017

Primeros auxilios: ¿qué hacer en caso de accidentes?

Para nosotros los padres, uno de los miedos más reales a enfrentar es que nuestros pequeñitos se hagan daño y queden lastimados. El tema es que las lesiones por accidentes son bastante comunes y constituyen un motivo de consulta frecuente en los servicios de urgencias pediátricos, después de las infecciones respiratorias y los procesos diarreicos.


Estos accidentes se incrementan especialmente durante los periodos de vacaciones y de descanso, como este fin de año que se avecina, porque los niños tienden a quedarse más tiempos solos en casa, esto es no siempre acompañados de adultos.
En este sentido, los primeros auxilios son la primera línea de defensa de los padres frente a cualquier tipo de accidente y por eso saber qué hacer con las lesiones más frecuentes en el hogar cobra valor para todos los papás y mamás.
Los primeros auxilios son todos aquellos cuidados inmediatos y acciones prestadas a la persona herida (en nuestro caso, niños), cuyas lesiones aparecen -por lo general- de manera súbita. En esa característica yace el primer problema que los padres deben sortear para brindarle apoyo al chiquito de ser necesario.
Por eso, según la Guía para Padres Sobre la Prevención de Lesiones No Intencionadas en la Edad Infantil, del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones no Intencionadas en la Infancia, de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el primer punto una vez suceda un accidente es no dejarse llevar por los nervios y el desespero. Mantener la compostura es de vital importancia a la hora de tratar estos acontecimientos, con miras a evitar acciones que pongan en peligro tanto al niño como al que va a socorrerle.
Cabe la pena aclarar que ningún padre debe intentar reemplazar a los especialistas médicos, aunque sí se trata de que en aquellas posibles situaciones de emergencia estemos preparados para reducir los efectos de las lesiones.
Según Anderson Giovanni Galindo, técnico en primeros auxilios del Cinat y estudiante de Medicina de la Universidad El Bosque, cualquier tipo de accidente requiere de la atención de los padres; adicionalmente, aunque no sea accidente, se debe prestar atención en caso de fiebre, diarrea o tos persistente.
Cómo prevenirlos
Según los expertos Galindo y Baquero, algunos tips para evitar incidentes son:
• Eduquemos a los niños sobre los riesgos existentes en la casa.
• No les dejemos objetos pequeños a su alcance.
• No permitamos que entren a la cocina.
• No los descuidemos durante sus actividades (especialmente en cuerpos de agua).
• Protejamos las fuentes eléctricas con tapones en los tomacorrientes.
• Despejemos los corredores y las zonas pequeñas de objetos punzantes o cortantes.
• Apliquemos el protector solar antes de salir de casa.
• No llenemos recipientes de gaseosa con productos químicos.
• No permitamos que los niños y las niñas manipulen y quemen pólvora.
• Aseguremos las ventanas, así como el acceso a balcones y terrazas.

Pero, ¿qué debemos hacer en caso de emergencia?
Lo primero es comunicarse con un profesional o con la línea de emergencia para recibir la asesoría correcta. En caso de golpes y raspones, se debe lavar con abundante agua la lesión y aplicar antiséptico con la gasa sobre la herida. Luego se debe retirar el antiséptico con otra gasa, cubrir la lesión y fijar el material con esparadrapo.
Para las intoxicaciones, la doctora Olga Baquero Castañeda, médica pediatra de la Fundación Mariana Novoa, dice que en “alteraciones al organismo producidas por sustancias nocivas introducidas por la boca, la piel o vías respiratorias”, lo mejor es no inducir el vómito ni suministrar líquidos, sino acudir inmediatamente a urgencias. Y recomienda llevar el recipiente o una muestra de lo que el pequeño ingirió.

Cuando se trata de ahogamiento y asfixia, Baquero pide que los padres estén entrenados en la maniobra de desatoramiento Hemmlich, que consiste en abrazar al menor por detrás y hacer presión hacia adentro y hacia arriba en su abdomen, con un intervalo de 3 a 4 segundos entre una maniobra y otra.
Si el niño pierde la conciencia y no tiene pulso, hay que iniciar una maniobra de reanimación cardiopulmonar en el tórax: se realizan 30 compresiones torácicas por dos ventilaciones y se llama a la línea de emergencias.
Para atender quemaduras, se debe aplicar abundante agua por más de 10 minutos y llevar al menor con el especialista. La experta resalta que no se apliquen cremas ni aceites sobre la herida ni que se retire la ropa pegada sobre la piel.
Frente a sangrados, debemos presionar fuerte y directamente sobre la herida con una gasa, en sentido contrario al trayecto de la vena o arteria afectada. Si no hay malformaciones o sospecha de fracturas, se debe elevar la extremidad y transportar al menor a un centro asistencial.
Los más comunes
A los niños les fascina trepar, jugar con agua y arena, abrir puertas y gabinetes; se interesan en el juego, y no se dan cuenta del peligro. Por eso, los riesgos más comunes son caídas de altura, golpes, heridas, quemaduras, intoxicaciones, asfixia y ahogamientos.
Cuando son más grandes exploran el vecindario, corren, saltan, trepan, aprenden a montar en triciclo y bicicleta, juegan con otros niños y niñas. En esta etapa están expuestos a lesiones causadas por vehículos.
El botiquín en casa
Para poder atender rápidamente a los menores, los padres deben contar con un botiquín básico de primeros auxilios que, según Anderson Giovanni Galindo, técnico en primeros auxilios del Cinat y estudiante de Medicina de la Universidad El Bosque, debe contener “un manual de primeros auxilios, elementos de barrera y protección como guantes de látex y tapabocas, bolsas de solución salina, antiséptico, gasa, esparadrapo tipo tela o micropore, además de tijeras, termómetros, alcohol y vendas elásticas.
Otros elementos como el bloqueador solar, sobres de suero oral y vaselina pueden ser también útiles. Como medicamentos esenciales puede tenerse acetaminofén en jarabe, ibuprofeno suspensión y diclofenaco en gel o crema”.

Fuente: Facebook


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