Querida mamá embarazada:
Hace ya 5 años que yo me encontraba en esa
maravillosa etapa en la que tú estás hoy.Siento que fue hace nada y al mismo tiempo, que ha pasado una vida… Dos vidas, de hecho: las de mis gemelas que hoy son ya “niñas grandes” como me recuerdan cada día.
Estoy segura de que alguien te ha dicho que el embarazo es el mejor estado de la mujer y que tú has querido romperle un paragüas en la cabeza porque entre náuseas, mareos, ascos, calambres y cansancio incontrolable, esa frase suena muy lejos de la realidad.
Y es que no es nada fácil lo que tu cuerpo está viviendo hoy. Crear una nueva vida, a partir de la uni+on de un par de células y darlo todo de ti para que crezca es una tarea ardua y que consume cuerpo y alma.
Pero dentro de todo ese cansancio y ese trabajo, hay un milagro. Eso es lo que te deseo en tu embarazo: que seas consciente todos los días del milagro que está sucediendo adentro de ti. Ningún avance tecnológico ni científico podrá compararse a lo que tú estás creando. Dentro de ti hay dos corazones (o más, si eres de mis colegas múltiples!) latiendo juntos, pero cada uno en su propio cuerpo: uno dentro de otro. Tu hijo hoy, vive dentro de ti y será el único que sepa cómo late tu corazón desde adentro.
Deseo para ti que ya sea éste tu primer bebé, o el segundo, o el cuarto, vivas intensamente este momento. Este nuevo ser es único e irrepetible y este momento, con él adentro de ti, solo durará unos meses más. Esta fusión de vidas solo la tendrás tú y desde ahora crearás ese hermoso lazo con tu hijo para siempre.
Hay días más difíciles que otros… Yo te lo digo: es normal. Es normal que a veces sientas que tienes miedo, que te sientas abrumada por no saber lo que viene (o si saberlo si ya has tenido otros bebés, ¡lo cual abruma igual o más!). Es normal preguntarte si serás una buena mamá, si llegará con bien, si podrás con esta responsabilidad.
Es normal que a veces quieras llorar de emoción, y a veces de miedo. Es normal sentir que no eres la misma de siempre, porque no lo eres: desde ahora te estás convirtiendo en otra versión de ti. Desde ahora te estás transformando en mamá.
Es pesado y cansado y abrumador, pero no quieras que pase pronto. Estos nueve meses lo preparan a él para vivir fuera de ti y a ti te preparan para recibirlo.
Todo momento llega en el tiempo justo. Y muy pronto, ese bebecito estará en tus brazos. Tendrás toda una vida para llenarte de su mirada y de su piel y para acariciarlo y besarlo. Hoy, te pido por favor: disfruta este momento. Acaricia esa pancita, llénate de amor y piensa que lo estás abrazando con todo tu cuerpo. Disfruta de sus movimientos y sus pataditas porque solo tú tienes el privilegio de sentirlas desde adentro. Atesora estas semanas de unión.
Piensa: dentro de ti, no necesita nada más. Tu cuerpo es tan sabio que lo tiene todo entregárselo y hacerlo crecer.
Está por llegar tu mejor maestro, tu aventura más difícil y la más hermosa que hayas vivido jamás. Te deseo que su llegada esté rodeada de mil bendiciones.
Tienes todo mi cariño, mi admiración y mi respeto por ser creadora de vida, portadora de un milagro y futura mamá del bebé más hermoso del mundo.
Fuente: BabyCenter
Foto: Pixabay
Foto: Pixabay